En Naranjas del Carmen realizamos dos conteos al año de todos los árboles que están apadrinados, es ahí dónde el equipo de fotos transmite al equipo técnico el primer recuento de árboles muertos. Después, uno de los ingenieros agrónomos del equipo técnico verifica junto al equipo de fotos cada uno de los árboles que han sido marcados.
¿De dónde vienen los plantones?
Las plantas normalmente utilizadas están injertadas sobre patrón procedente de semillas. Se injerta una variedad interesante a nivel organoléptico sobre un pie o patrón resistente a enfermedades y adaptado a las condiciones del terreno. Cada planta está identificada por una etiqueta que equivale a un certificado del Ministerio de Agricultura en el que se especifica: variedad, patrón, vivero que la produce y estado sanitario de las yemas utilizadas en el injerto.
¿Cuándo las plantamos?
En cuanto a la época de plantación, en Naranjas del Carmen hemos establecido como la mejor época el inicio de la primavera, cuando las temperaturas son suaves y el plantón tiene por delante meses favorables para su desarrollo. Si se planta en otoño el riesgo por heladas invernales puede suponer un problema insalvable a un plantón en sus primeros estadios de desarrollo.
¿Qué riesgos existen?
La debilidad del plantón se acentúa en el momento de la plantación, dónde cualquier peligro se maximiza. No enterrar totalmente el cepellón del plantón, compactar de más o de menos el suelo, aportar excesiva o insuficiente agua al mismo o cualquier daño suelen ser motivos de muerte. En Naranjas del Carmen, podamos todas las hojas del plantón en el momento previo a la plantación para evitar las pérdidas por evapotranspiración y potenciar el crecimiento radicular. Que un plantón arraigue correctamente puede marcar la diferencia a la hora de tener que soportar futuras brotaciones. Por eso, tras la plantación todos los plantones reciben un riego abundante, buscando estimular el crecimiento radicular.
Durante los primeros años resulta indispensable la protección del tallo. En Naranjas del Carmen el daño de roedores al tallo es la principal causa de mortandad entre los plantones. Al roer la corteza, rompen los tejidos vasculares que transportan nutrientes impidiendo que el plantón pueda llegar nunca a desarrollarse.
Por último, los plantones son muy sensibles a plagas y enfermedades, por no tener reservas suficientes cómo para poder hacer frente a estos estreses bióticos. En estados tan prematuros de desarrollo la planta es susceptible de ser atacada por gran variedad de seres vivos, especialmente insectos.
En cultivos convencionales este es un aspecto que se puede solucionar fácilmente aplicando productos fitosanitarios para controlar las plagas que aparezcan. En cultivos ecológicos es mucho más complejo ya que los productos generales son más eficaces para prevenir que cuando la plaga ya está establecida.
Sin embargo seguimos apostando por una filosofía ecologista y regenerativa, y es por ello que, aunque los manejos agrícolas sean más complejos, estamos dispuestos a desempeñar todos los recursos posibles para conseguir elaborar el producto en el qué creemos: frutas y hortalizas ecológicas que ayuden a regenerar los ecosistemas agrícolas y nuestros propios cuerpos.