El Control Integrado de Plagas (IPM), por sus siglas en inglés, Integrated Pest Management) es un enfoque completo y sistemático para el control de plagas que tiene como objetivo minimizar los efectos de las plagas y maximizar los beneficios económicos, ecológicos y sociales. Se compone de tres aspectos principales: prevención, monitoreo y control de plagas. Este tipo de protección de cultivos es sostenible y eficiente, además de adaptarse de manera flexible a las necesidades y condiciones específicas de cada campo.
Te explicamos cómo funciona el IPM y cómo se definen los umbrales de control de plagas:
- Monitoreo e identificación: El primer paso en el IPM es el monitoreo constante de las poblaciones de plagas en nuestros campos. Se pueden utilizar diversas técnicas como trampas de feromonas, trampas adhesivas, inspecciones visuales y herramientas digitales para evaluar presencia y magnitud de las plagas. La identificación precisa de las plagas y de sus ciclos de vida es crucial para tomar decisiones con conocimiento de causa. Por ejemplo, un aumento en la presencia de larvas puede ser un indicador de afección de una plaga. Se alienta a todos en nuestros campos a informar sobre cualquier anomalía.
- Establecimiento de umbrales de acción: El umbral de acción es el nivel límite de población de plagas a partir del cual se deben tomar medidas para evitar daños económicos en la cosecha. El umbral de acción no es un número fijo y puede variar dependiendo de factores como el estado de crecimiento del cultivo y el potencial de crecimiento de la población de plagas. Por lo general, se establece a través de investigación, experiencia y conocimiento de expertos.
- Control biológico de plagas: Si se supera el umbral de acción, debemos actuar rápidamente, pero no recurrimos a productos químicos sintéticos, sino que empleamos métodos ecológicos. Cuando la población de plagas se mantiene por debajo del umbral de acción, los enemigos naturales a menudo pueden mantener a raya a las plagas sin necesidad de intervención.
- Medidas preventivas: Por supuesto, el objetivo es no permitir que la población de plagas supere el umbral de acción en primer lugar. Por lo tanto, se implementan medidas preventivas, como el cultivo de plantas atrayentes para depredadores naturales y la adaptación del riego para evitar lugares de reproducción de plagas.
- Evaluación regular: El IPM es un proceso continuo y su efectividad debe evaluarse de manera constante. Evaluamos los resultados de nuestras acciones y las ajustamos según sea necesario para optimizar el control de plagas mientras mantenemos el equilibrio ecológico.
- Documentación: La documentación precisa de la vigilancia de plagas, las medidas de control de plagas y los resultados, ayuda a tomar decisiones con conocimiento de causa para la temporada siguiente. También nos permite recopilar una gran cantidad de datos sobre los umbrales de actuación, las poblaciones de plagas y la eficacia de los tratamientos a lo largo de los años. Esto nos proporciona una amplia base de datos con información específica sobre nuestros campos en diferentes condiciones ambientales. Esto es especialmente importante en una época en la que el clima está cambiando tanto como la actual.
Mediante la revisión periódica de nuestros campos, podemos mantener a raya las poblaciones de plagas sin dañar el equilibrio ecológico. Dado que en la agricultura ecológica tenemos opciones limitadas para el control de plagas, estos pasos son especialmente importantes para nosotros, ya que nos permiten actuar de manera preventiva y evitar riesgos para las plantas y nuestra economía. Este enfoque promueve un entorno más saludable, conserva la diversidad natural y garantiza una agricultura sostenible y próspera para nosotros y las futuras generaciones.