Nacimiento
Podemos marcar el inicio de la vida de un naranjo cuando injertamos la variedad que queremos obtener sobre un portainjerto. En Naranjas del Carmen desde el 2014 hemos utilizado patrones “portainjerto” del tipo Carrizo o Forner Alcaide para las nuevas plantaciones. Las raíces que desarrollan estos patrones son resistentes a las enfermedades de tristeza o Phytophthora.
Las variedades cítricas que hemos injertado son Clemenules y Navel. Dentro de las de tipo Navel hemos escogido Navelinas, Navel Washington, Navel de Foyos, Lane Late y Chislet, que nos permiten ofrecer este calendario de recolección.
Una vez hecho el injerto el árbol suele pasar su primer año de vida en un vivero protegido de las inclemencias climatológicas. Así aumentamos las posibilidades de que el injerto prospere.
La infancia
Cuando el injerto ya ha cogido es cuando podemos trasplantar el árbol de la maceta al lugar donde pasará el resto de su vida. Solemos aprovechar las estaciones de primavera u otoño para que el árbol se aclimate mejor al entorno evitando que pase ni mucho frío ni mucho calor.
Durante los siguientes 2 o 3 años el árbol no se dedica a echar raíces y ensanchar el tronco. No tiene cosecha y la poca que puede tener es preferible quitarla para que dedique toda su energía en desarrollarse. Mantener la fruta en el árbol le requeriría mucha energía al árbol. Hacemos una poda ligera para que el árbol vaya cogiendo forma.
Es la época más delicada ya que cualquier pequeño problema puede acabar con la vida del árbol: un mordisco de un conejo, un fallo en el riego o un corte involuntario de la segadora puede matar el árbol en pocos días. Nosotros contamos con que un 3% de los árboles plantados pueden morir durante este periodo. Cuando esto pasa plantamos un nuevo en el mismo lugar.
La juventud
Consideramos que el naranjo entra en su juventud a partir del año 5 y hasta los 10 años. Durante esta etapa los árboles van aumentando la cosecha de fruta cada temporada. Es muy importante hacerles un poda anual para guiar bien los brazos principales del árbol.
La madurez
La madurez es la etapa de plena producción que en nuestro caso suele ser entre los 11 y 25 años. En nuestro huerto y bajo nuestra filosofía de cultivo, un naranjo en plena producción da una media de 80kg de naranjas por temporada. En esta etapa el crecimiento se ralentiza y la mayor parte de la energía las dedica el árbol a florecer y fructificar, no así en seguir crecer.
Gracias a la poda anual y a no forzar la producción, nuestros naranjos ofrecen una buena producción más allá de los 30 años.
La vejez
La producción anual de frutas disminuirá cada vez más. El árbol no consigue la suficiente energía para florecer con fuerza y cuajar las frutas. Su fruto será cada vez de un tamaño menos uniforme y con diferentes tonalidades de color.
Muchos agricultores deciden ir doblando su plantación durante esta época para ir creciendo un árbol nuevo al lado de un árbol viejo. Esta práctica es laboriosa y tiene algunos inconvenientes: difícil regeneración del suelo, manejo del riego o simplemente que los árboles grandes pueden dar sombra a los nuevos que no se desarollan como toca.
La decrepitud
En esta época el árbol apenas da frutos y es cada vez más sensible a las enfermedades, parásitos y virus. Tan agradecida es la naturaleza que aún te regala la madera del árbol para hacer paellas o para calentarnos en invierno con la estufa.
Gracias al modelo Crowdfarming todos los árboles que hemos plantado en nuestro huerto tienen su propio dueño que además de ponerle un nombre, lo mantiene y recibe sus naranjas.