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En nuestro huerto cultivamos diferentes variedades de naranjas. Cada variedad tiene un periodo determinado de recolección y ciertas peculiaridades que la caracterizan. Algunas de estas peculiaridades son: tamaño, forma, jugosidad, acidez, cómo de pegada está la piel al fruto, cuánto pellejo tienen, etc.
Siempre nos gusta recordar que nuestros árboles no son fábricas de tornillos. Cada naranja ha tenido su propia historia que la ha hecho peculiar. Nuestra filosofía de cultivo, recolección y envío nos hace valorar el fruto por dentro y no su aspecto exterior. Por eso en nuestras cajas siempre recibirás la variedad que esté en su punto de maduración óptimo.
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¿Cómo sabemos que un fruto está maduro?
Que una naranja esté verde por fuera no significa que su fruto por dentro no esté maduro. Que una naranja este algo ácida, tampoco significa que no esté madura. Hay naranjas que en su punto óptimo de maduración tienen un sabor más fuerte o más cítrico que otras.
Nosotros nos guiamos por el nivel de grados brix en el zumo (nivel de azúcares), que es una forma objetiva de medir el nivel de madurez de una variedad. Un fruto nos puede transmitir una sensación de acidez alta incluso con un nivel de grados brix elevado.
Una naranja recién recolectada siempre tendrá un sabor más fuerte que una naranja que haya pasado por una cámara de maduración o de conservación. Cuando recibas una caja de naranjas no te guíes por su tamaño, ni por su color. Coge un fruto, pártelo y huélelo.
