Nuestro trabajo como apicultores es (dentro de nuestro mundillo) uno de los más sacrificados pero a la vez el más gratificante. Las abejas son las encargadas de producir la miel a partir del néctar que recolectan de las flores. El apicultor facilita este proceso trasladando las colmenas puntualmente a lugares que estén en flor y vigilando su buen desarrollo.
En nuestro caso, traemos las colmenas con el comienzo de la primavera en Naranjas del Carmen. Cuando la abeja reina nota que va entrando mucha miel en la colmena deduce que fuera hay mucha flor y aumenta el ritmo de cría de abejas.
Transformación del néctar en miel
- Recolección del néctar: las abejas pecoreadoras son las encargadas de recolectar el néctar que producen las flores, a partir del cual se formará la miel. El néctar es una recompensa de las flores hacia las abejas que realizan (¿de manera involuntaria?) el servicio de la polinización entre plantas. Se trata de una sustancia aromática muy dulce formada principalmente por azúcares naturales que la abeja pecoreadora se mete en su buche y lo transporta hasta las colmenas.
- Predigestión: al llegar a su colmena sacan la miel del buche y se lo pasa a una de sus hermanas jóvenes que espera en la piquera, puerta de entrada y salida de la colmena. Estas abejas obreras regurgitan el néctar repetidamente, lo mezclan con sus enzimas que actúan sobre los azúcares empezando a transformar el néctar en miel. A continuación, depositan esa mezcla dentro de una celdilla del panal y comienzan el proceso de secado de la miel.
- Concentración: esta es la clave para que luego la miel no caduque. El líquido introducido en las celdillas contiene un alto contenido en agua que se va secando por el propio calor que hace dentro de las colmenas y la ventilación que crean las abejas con el movimiento de sus alas. Cuando la miel ya está seca, las abejas sellan la celdilla con cera natural que evita la entrada de humedad y hace que se conserve en perfectas condiciones.
De la colmena al bote
Una vez que la miel ya está madura, llega nuestro turno. Primero sacamos los cuadros llenos de miel de las colmenas para iniciar la desoperculación. La desoperculación de los cuadros de miel es el proceso por el que cortamos la cera con el que las abejas han sellado las celdillas llenas de miel. A continuación iniciamos la extracción de la miel de los cuadros mediante un proceso de centrifugación en frío. La miel va cayendo y pasa por un filtro para separar algunos trozos de cera o flores que suelen quedar. Dejamos reposar la miel durante unos días para que posibles restos de insectos o plantas suban a la superficie. Y ahora sí, llega el momento de rellenar los botes de miel. ¡A disfrutar!
¿Sabías qué?
- Un bote de 500 gramos de miel es el fruto de unas 7000 horas de trabajo por parte de las abejas. Para lo cual se han tenido que recorrer unos 20.000 km y polinizar 10 MILLONES de flores. Para darles las gracias por los servicios prestados, en Naranjas del Carmen mimamos a las abejas evitando el uso de pesticidas.
- La miel NO CADUCA. Debido a la poca presencia de agua y su alto contenido de azúcares naturales, las bacterias no tienen posibilidad de desarrollarse.
- La desoperculación es el proceso por el que cortamos la cera que sella los cuadros de miel. Antes de centrifugar los cuadros para sacar la miel, debemos romper la cera que han construido la abejas para tapar las celdillas que contienen la miel.